Muchas veces hemos escuchado que la casualidad
no existe o que el famoso hubiera tampoco existe porque simplemente en
los dos casos el hecho está y nada lo puede cambiar, sin embargo, en nuestro
país y más específico en la zona centro de nuestro país la palabra casualidad
puede tomar su significado de manera clara y de esto muchos somos testigos.
Como todos sabemos y muchos otros sentimos, hace 3
meses, el 19 de septiembre a las 13:14 h, se hizo presente un sismo de 7.1° en
la escala de Richter, dicho sismo se pudo sentir en distintos estados de la
zona centro de la república (Morelos, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de
México, Veracruz) pero algo más que también impactó fue el hecho de que
temblara exactamente 32 años después de aquel sismo que dejó marca en
muchísimas personas debido a su potencia de 8.1° Richter y a la pérdida de miles
de vidas (10.000 aproximadamente), de hogares y los enormes escombros
posteriores, aquel sismo de 1985.
Y
precisamente por eso hago mención de la casualidad; Semana y media antes del
día 19 de septiembre (del presente año) veníamos ya de "superar" otro
sismo (ocurrido el día 7 aproximadamente a las 23:50 h, de 8.2° Richter) el
cual se consideró el más fuerte registrado en los últimos 100 años en México,
también veníamos de la celebración de nuestra independencia y recordábamos una
vez más cómo nuestro país lograba su libertad pero finalmente el día 19 de
septiembre en muchas partes, durante las primeras horas del día (noticieros,
trabajos, escuelas) se hacía la conmemoración del sismo del 85, en los
noticiarios de la televisión, radio, prensa, internet, podíamos ver, leer y
escuchar datos y estadísticas que nos recordaban lo que dejó mencionado sismo,
en otros lugares entre las 11 y 11:30 h, se hacían simulacros para recordar lo
que se debe hacer en caso de ocurra un sismo y aunque 2 horas después nadie lo
esperaba, sucedió...
El suelo comenzó a sacudirse de manera brusca y
muchos pudimos ser testigos de cómo algunos edificios o construcciones se
venían abajo, testigos de cómo actúan las personas a nuestro alrededor, de cómo
todo se paraliza gracias al choque de nervios, de miedo, de ansiedad, de no
saber qué hacer, de (en ocasiones) no poder comunicarnos con nuestros
conocidos, testigos de cómo fallan los servicios públicos, el tránsito, las
comunicaciones, testigos de cómo en 3 minutos puede cambiar el rumbo total de
nuestras actividades, de nuestros compromisos, de nuestros pensamientos y hasta
de nuestra familia. Ser testigos de lo que sucede al observar el caos.
Esto me llevó a reflexionar y a preguntarme ¿Qué puedo
aprender de este acontecimiento? y mi propia respuesta es que: en primera; Como
humanos o como individuos somos débiles, frágiles, pequeños ante el poder o
fuerza que la naturaleza tiene y que precisamente por eso es que debemos
brindarle respeto, y el respeto lo muestras en cómo cuidas al planeta ¿Qué
haces por él?
En segunda es que, aunque la ciencia y la
tecnología avancen sigue siendo muy difícil el saber cuándo ocurrirán estas
situaciones y muchos nos dimos cuenta al momento del temblor, la alerta sísmica
no sonó segundos antes de que temblará (como supuestamente debe hacerlo) sino
instantes después de que este comenzará, así que en estos acontecimientos no
podemos fiarnos de la tecnología, y ya no hablo de un sismo sino también de
inundaciones, tormentas eléctricas, erupciones volcánicas etc. Y eso nos vuelve
vulnerables a todos estemos donde estemos y hagamos lo que sea que hagamos.
En tercera que, aunque yo esté tranquilo al
momento de un sismo, entiendo al mismo tiempo que habrá personas que pierdan el
control y como ya lo mencioné: que se pongan muy nerviosas y entonces ¿qué haré
cuándo vea a alguien así? Lo mejor que se puede hacer ahora es ayudar en lo que
pueda tanto física como emocionalmente.
Y finalmente,
sabiendo que no será el último sismo que habrá en México y sus alrededores, que
el próximo puede suceder mañana o el otro mes o en 10 años, me di cuenta que al
momento de aportar ayuda, si nosotros como mexicanos hacemos a un lado toda
diferencia que tengamos como; situaciones económicas, políticas, credos etc.
Podremos unirnos y al hacerlo esa debilidad que tenemos cuando estamos solos
puede ser convertida en fortaleza y así restaurar de una manera más rápida
nuestras actividades cotidianas y precisamente eso es lo que debemos aprender.
Así que estimado lector lo que quiero hacer hoy
es invitarte a que contestes estas preguntas y reflexiones (haciendo a un lado
esto llamado casualidad o coincidencia que finalmente es lo que menos importa
ya que el hecho está ahí) ¿Estoy preparado para otro acontecimiento como
un sismo o sé realmente lo que debo hacer en ese momento?
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